Desde donde estoy perdido
he pensado que bueno
que habría que escribirte
al borde del precipicio
con las alas de ilusión marchitas
y la tonta esperanza de tus brazos
para evitar la caída feroz
en el fondo sin fin
al que llegamos todos uno tras otro
como las nubes empujadas
por el huracán desde las playas morenas
de la esclavitud del corazón
y los muslos basales de ese cuerpo
de esas mujeres que aun re-muestran
en las calles falsas de las ciudades
de sangre y acero
las ventajas del abrazo hirsuto
sobre la recatada elegancia
y es que estoy seguro como
el curso del agua ignorada
que tu sabrás recuperar la memoria
serás capaz de impulsar el viento
a ese deseo ilógico de ser feliz
aunque sea contigo
aunque sea conmigo
antes de llegar a ser
como todo lo demás.
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