sábado, 4 de octubre de 2008

Después de las bombas

otro de todos los días de la guerra

Sólo se que arriba
en ese espejo azul
ni un solo vuelo
cruza con sentido

que la contemplación
de esta cobija fría
de sedimento impersonal

sólo ha servido para certificar
el espejismo del orden secreto
de la muerte como única fuerza de la vida

fluyen ya los ríos sin el borde de sus nombres

de nuevo cegaron los derroteros del viento

y regresan los camellos al silencio

solo el desierto continua.

Temo que se trate de una certeza

Saber no sabemos
se trata de firmes conjeturas

los gatos procelosos
de los tejados dorados
también las hacen

la de los elefantes
son las más sólidas
de las ballenas
que conozco

tal vez los insectos
en el crepúsculo del apareamiento

la araña es la infalible
dueña del espacio
escolopendra del cálculo
la más exacta de las conjeturas

el árbol de hojas invisible
en el otoño pregunta
dónde se esconden
los bosques

Temo que se trate de una certeza.

Un dia menos

Está la mar extendida
ante mi
como un desaliento
implícito

la lluvia que aún no llega
cesa
en la conspiración de la tarde

el viento no recuerda
la esquina redonda
en la que dejó las alas
al descanso ensombrecido

No se si hoy prevalezca.