Déjame que dedique esta tarde deslumbrada
al temblor implícito de tu abrazo
la cadencia deliciosa
que ameriza en tus caderas
y el abuso del amor
para encontrar el nervio
invisible de tus neuronas
devorándome
hasta vivir por ti
erigir-te un poema universal y transparente
con ese acento tuyo que subleva
la sangre al filo de babel
por toda la anchura de esta tarde deslumbrada
a la que hemos sido emplazados.
8 de mayo de 2010
1 comentario:
Todas, todas me gustan.
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