Nunca será de noche en La Habana
A los cincuenta años de la revolución
Llevo un malecón
de asombros anclado
en el alma
bordeando La Habana
al barlovento
yo sé por qué exacta turbulencia
de iluminada geografía
Basílica es ahora hoguera
san Francisco son abrazos
la Plaza Vieja es la nueva
la Revolución poema
y mis amigos hermanos
con el mismo salitre
sediento
entre los labios
no son columna ni piedra
sino lomos de caballo
y aroma de verde monte
donde La Habana se asienta
un anhelo que anega los soportales
la utopía de los barcos y desembarcos de auroras
la vigilia incesante del viento
la certeza de los días sin ocaso
la mano en el talle compartido de las noches
llamarme compañero
de mirada y apellido
como los árboles y los pájaros
llevo un malecón
de asombros
anclado en el alma
nunca será de noche
en La Habana
de mis amigos hermanos.
En los días desaborlados de septiembre del 2008
En Puerto Rico desde Aguadilla.
1 comentario:
José:
Que hermosa, como siempre.
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