“pregúntale a los milicos
que hicieron en La Moneda”.
Sabina, violetas para Violeta.
Puedo sentarme al borde de tu vida
como una ventana abierta
desde adentro
al fondo de mis venas
sentir la espléndida hermosura
de las superficies
en las que rumba
el flujo íntimo de tus días
oir como aún serpentea
entre las células de tu alma
el terror que los milicos
sembraron en La Moneda
aunque Benedetti ha muerto
como las flores mueren
“el olvido está lleno de memoria”
y alzados seguimos el camino
al que jamás renunciamos
en la noche de espanto.
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