jueves, 4 de febrero de 2010

Tarde en la tarde

Escribirlo a mano despacio con premeditada letra redonda de mediodía que

obligue a la angustia a sentir el salto de los peces, la disposición del pájaro

oscuro en la rama dulce del limonero, el azahar que me consiente nacer cada

mañana despierto y se extiende con el rumor a olas del almuerzo. La otra historia

de las caderas deseadas en la siesta amoblada con las horas que regresan del ocaso.


Decir que es tarde en la tarde.

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