Pasan desmemoriados los días y las horas de un otoño azul sin fin
ni un solo vuelo llega con suspiradas noticias
hasta las nubes han cambiado
avivadas de viento veloces y extrañas
aguardamos con asombro indeliberado
la clase de asombro que nutre la imaginación
y el deseo sin justificación alguna
innecesario y pueril
no importa si estamos cerca del rincón
en que dejamos las alas al descanso
donde guardamos fotos descoloridas
y raros recuerdos con figuritas de madera y papel maché
al costado de la penumbra anticipada
muchos son los caminos pocas las confluencias
decidir no es común en este deslizamiento
de costumbres y huecas seguridades
la vida caudalosa y turgente
pasa de largo agarrada del brazo
no seguirla puede ser la puerta íntima a la hecatombe
inédita para quien ignora
el haz y el envés de los encuentros.
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