a María Sánchez Fernández que puebla Úbeda de poesía, venida de la mar
Se quedó en Itaca
hilando versos
cerca de las cumbres
que avistan la mar
el vuelo de gaviotas
desde el olivar
Se quedó en Itaca
amasando sueños
atesorando el humo
de los atardeceres
desarbolando contraseñas
en los arriates silvestres
Se quedó en Ítaca
hilvanando laberintos
en la arena de los ríos
las olas cerúleas de los cerros
el umbrío caudal de la palabra
a poeta condenada
aún sigue en Ítaca
lo mejor de su amor
es la fortuna de nuestra suerte.
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