sábado, 22 de noviembre de 2008

Veinte siglos y un día

Hoy sólo me apetece que alguien abra su mano
y me deje caminar veinte siglos
sobre ese tibio desierto
Harcaita Cano

No han sido tantos los caminos
pero vastos y presurosos

suficientes para saber de albas azules
y relámpagos amarillos
insuficientes para compartir dolores

el pan ardoroso del abrazo

caminar en compañía del vino
al ritmo de las cercanías
la piel embravecida del amor
y el sabor del cansancio

no puedo remontar
veinte siglos en un día

las dunas oscuras del recuerdo
ni los turbios cadalsos

veinte siglos de encrucijadas
con las manos abiertas
y los brazos en alto

señalando el vuelo de los pájaros.


1/10/08

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