A Saadi Youssef en el quinto año de la agresión a los pueblos de Irak y Afaganistán
Solo tengo estos bueyes, que, perezosos
mastican lirios de agua.
Déjame en paz soldado
No necesito de tu día del juicio.
Saadi Youseef
De qué viscosa tiniebla
engendran los generales
aún surcan los ángeles del odio
el regazo de los campos
desalmados testigos de la muerte
feroces brotan los ocasos
sembrando de gárgolas los caminos
cruzamos la noche oscura
sin otra lumbre que la sangre
y la frágil barricada de los sueños
al alba surcará de nuevo el sol
el aroma del pan abrirá
las puertas del viento
volverán las calles
alamedas
ríos caudalosos
de abrazos
y el aliento de la sangre
No hay comentarios:
Publicar un comentario