jueves, 18 de junio de 2009

Ana Inés Larre Borges.
Editora de Cal y Canto. Montevideo. Uruguay.

Este difícil oficio de amarte

Hay un poema de tan íntimo apenas deja ver su asunto: El secreto oficio del amor. A su lado puede crear una Oda al Tratado de Libre Comercio, poesía política y, sin embargo triste. El poeta amanece en el Tigris, donde la guerra usurpa el lugar del paraíso o se refugia en el silencio verde oscuro de Machu Pichu, Otro poema abandona geografías, indignaciones y piel y se ampara en un “Nada” capaz de decir la herida absurda de vivir; esa que está más allá de la historia y de los hombres y es por eso insondable. Y hay un poema a Susan Sontag y versos obsedidos de “tu” que, traspasados de amor ignoran a los lectores… ¿Qué une estos poemas? ¿Qué hilo ata sus distancias?
José Manuel Maldonado hace tiempo que ejerce su destino de poeta desde un sigilo. Nadie se equivoque: no hay modestia en la poesía. Si la delicada cortesía libertaria de hacerlos náufragos, de no imponer sus poemas, de no pedir nada por este alivio de belleza que se ofrece al mundo como se entrega una amistad. “Escribo versos como atajos”, “cultivo laberintos al borde de la ausencia” dice esta poesía que toca lo que nombra. Hay una manera de apropiarse del mundo en su decir, una poética de la materia, una poesía que sostiene la mirada en la horizontalidad fraterna de la tierra y los hombres. Capaz de volver tangibles los sentimientos con esa forma irrespetuosa del lenguaje por lo que las agonías tienen bordes, y los sentimientos amanecen y transcurren. Una poesía terrestre que prefiere no mirar hacia lo alto, sino en horizontal a la tierra a la vida y a los hombres. Que aún en su desencanto guarda una fe en el paisaje, la luz, la palpitante existencia. Una poesía que evita el lugar común, la previsible desesperación amorosa y, en cambio, decide “vivir de amor” y, generosa, desea “anidar en la piel de quien me lea”. Y lo hace; sabe hacerlo.
Desde este sur americano, ignoro que hizo posible esta poesía. Creo percibir una luz de trópico que se mira de lejos, y por eso ve más. Acaso ser poeta es ser siempre extranjero. Descubro la sabiduría callada de ave migratoria, su vocación solitaria a pesar de su fraternidad sin límites. En los poemas, - lo que la cortés ironía oculta en la vigilia -, se revela discretamente el precio de tan hermosa libertad.Parte de este texto aparece en la contratapa del libro.

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